Más allá de su aspecto estético, nuestras uñas desempeñan una función protectora fundamental, y su calidad puede verse influida por todo tipo de factores externos y por nuestro estado de salud. Por eso es importante cuidarlas, nutrirlas y fortalecerlas a diario.
Y no olvidemos que mantener las uñas en buen estado también significa que el esmalte durará más. ¡Razón de más para empezar!
Evitar situaciones de alto riesgo
Al igual que nuestro cabello, nuestras uñas están compuestas en un 90 % de queratina, una proteína rígida (pero también frágil) producida por la Matriz ungueal en la base de la uña y protegida por nuestras cutículas.
Puestas a prueba, nuestras uñas suelen estar expuestas a muchos factores que pueden debilitarlas. Agrietadas, partidas, amarillentas, reblandecidas... son solo algunos de los signos que pueden alertarte de su grado de fragilidad.
Y como «más vale prevenir que curar», aquí tienes algunas situaciones de riesgo que debes evitar.
❌ Exponer las uñas a productos químicos o agresivos (presentes en limpiadores domésticos o de bricolaje, por ejemplo) puede dañarlas. Protégelas con guantes, u opta por fórmulas suaves, naturales y no tóxicas.
❌ Exponerlas demasiado a la humedad también puede hacer que se ablanden o sequen. ¡Así es! Como habrás oído, nuestras uñas no son impermeables. Al contrario. El contacto prolongado con el agua o los lavados frecuentes pueden volverlas blandas y frágiles.
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La sobreexposición a la humedad y a los productos químicos debilita considerablemente las uñas.
❌ Morderse las uñas no es una buena idea. Además de antiestético, este mal hábito las hace más frágiles, puede deformarlas y aumenta el riesgo de heridas o infecciones. ¡Es mejor encontrar otras formas para controlar el estrés! Y en cuanto a los hábitos, no nos cansaremos de repetirlo: ¡utilizar las uñas como herramientas para rascar o abrir objetos también es un desastre garantizado!
❌ Limarse las uñas está bien, pero no de cualquier manera. Para los que tengáis afición por limar, tened cuidado con los movimientos de vaivén y las herramientas mal adaptadas. Para dar a tus uñas formas bonitas respetando su integridad, utiliza una lima específica para uñas naturales, con el grano adecuado y, sobre todo, en una sola dirección para evitar partir las uñas y debilitarlas. ¿No sabías nada de esto? Descubre todos nuestros consejos para preparar bien tus uñas sin dañarlas.
❌ Combinar la aplicación de uñas semipermanentes convencionales con quitaesmaltes con acetona es arriesgado. En primer lugar, porque se sabe que existe riesgo de alergias y, en segundo lugar, porque la acetona disuelve la capa de aceite que protege naturalmente la lámina ungueal y hace las uñas considerablemente más frágiles. Y eso sin tener en cuenta las sesiones de lijado mecánico que también pueden causar daños duraderos.
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La aplicación frecuente de esmaltes semipermanentes, su eliminación con acetona y el uso de una lijadora de uñas causan daños duraderos en la lámina ungueal
Adoptar los hábitos adecuados
Todo esto está muy bien, pero ¿qué puedes hacer cuando el daño ya está hecho?
Que no cunda el pánico, aquí tienes algunas cosas que puedes hacer para repararlas y fortalecerlas.
✅ Fortalece tus uñas desde el interior. No siempre pensamos en ello, pero una dieta desequilibrada y carente de los nutrientes esenciales para el crecimiento sano de las uñas puede debilitarlas. Asegúrate de comer alimentos ricos en vitaminas, minerales y oligoelementos esenciales: calcio, zinc, hierro, etc., así como vitaminas del grupo B como la biotina, esencial para la producción de queratina. Se encuentran en la levadura de cerveza, el salmón, el hígado, el germen de trigo, los frutos secos y el queso.
Para asegurarte de evitar las carencias, puedes optar por tomar regularmente complementos alimenticios específicamente adaptados para revitalizar tus uñas desde el interior y favorecer la producción de queratina de calidad.
✅ Sigue una rutina hidratante y nutritiva entre las aplicaciones de color. Dale a tus uñas un descanso revitalizante entre manicuras coloridas. Solo te llevará unos minutos y tus uñas te lo agradecerán. Después de retirar el esmalte con un quitaesmalte suave (¡sin acetona, por favor!), aplica unas gotas de Sérum Completo y masajea suavemente (incluyendo las cutículas) hasta que se absorba el producto. Su fórmula exclusiva a base de agua, enriquecida con pantenol, extracto de semilla de castaña y glicerina, hidrata en profundidad y restaura las uñas secas, finas y quebradizas.
Completa este tratamiento hidratante masajeando con unas gotas de Aceite Verde para aportar a tus uñas la nutrición que necesitan. Mezcla de 6 aceites multiactivos, este tratamiento complementario ultrarrico regenerará tus cutículas y uñas en un abrir y cerrar de ojos, favoreciendo su crecimiento. 💪
✅ Un último consejo, y no por ello menos importante: no olvides la base coat, aunque no lleves esmalte de color. Esta capa protectora es esencial para proteger tus uñas de la humedad, la deshidratación y el color amarillento si se aplica color. Algunas bases de tratamiento también están enriquecidas con principios activos esenciales (vitaminas, AHA, etc.) para fortalecer y regenerar las uñas en profundidad. Esto también garantiza que los colores te duren más tiempo. ¡Otra buena razón para no olvidarlo!
Con estos consejos, ya tienes todo listo para fortalecer tus uñas y darles una queratina que parezca hormigón armado.
Y si quieres ir más allá, saber más sobre la naturaleza de tus uñas y qué cuidados específicos necesitan, puedes realizar gratuitamente tu diagnóstico personalizado y dejarte guiar para establecer la rutina revitalizante adecuada.