Onicofagia, ¿qué es?
La onicofagia es un término médico que describe el hábito de morderse las uñas. Para tu información, proviene del griego "onukhos" que significa "uña" y "phagos" que significa "comedor". Afecta a cerca de un tercio de los franceses y suele originarse en la infancia o adolescencia. Un estudio de la Academia Americana de Dermatología (AAD) estima que aproximadamente el 30% de los niños de 7 a 10 años y el 45% de los adolescentes se muerden las uñas. Esta cifra tiende a disminuir con la edad, pero alrededor del 20% de los adultos sigue haciéndolo de forma regular.
¿De dónde proviene este extraño reflejo de mordisquear los dedos? Las causas son diversas, pero a menudo están relacionadas con el estrés, la ansiedad o el aburrimiento. Frente a una situación estresante, cuando necesitamos calmarnos, concentrarnos, desahogar nuestros nervios o simplemente no sabemos qué hacer, nuestras uñas son las primeras víctimas. Un hábito que no está exento de consecuencias médicas...
¿Uñas mordidas = peligro?
Uñas debilitadas
Al morder constantemente las uñas, terminamos por dañar la queratina que forma la placa ungueal. Más finas, las uñas mordidas tienden a quebrarse fácilmente, despegarse de la piel y desarrollar estrías e irregularidades en su superficie. La degradación de la placa ungueal también puede afectar la matriz de la uña y ralentizar su crecimiento o provocar un desarrollo anómalo, dificultando el mantenimiento y cuidado. Además de ser antiestético, esto puede ser doloroso e interferir en el día a día.
Pequeñas heridas, grandes riesgos de infección
Morderse las uñas expone la piel y las cutículas a un riesgo elevado de infecciones. La barrera protectora de la piel alrededor de la uña se debilita con microlesiones y abre la puerta a bacterias, virus y hongos que pueden penetrar en la epidermis. Si estas heridas se enrojecen, inflaman y duelen, será necesario tratarlas con antibióticos o antifúngicos. Además, al llevarse los dedos a la boca, también se corre el riesgo de contraer virus estacionales y otras enfermedades que están presentes en el ambiente.
¿Tic o TOC?
La Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-5, 2015) clasifica la onicofagia dentro de los trastornos obsesivos compulsivos del comportamiento. Para algunos, puede ser un simple tic apenas consciente. Para otros, un TOC (trastorno obsesivo compulsivo) más grave que puede requerir ayuda psicológica adecuada.
Entonces, ¿qué hacer para dejar la onicofagia? Aquí te damos algunas pistas para reconciliarte con tus uñas y devolverles fuerza y vitalidad.
¡Mañana dejo de hacerlo!
"¡Ya basta de uñas mordidas! He decidido que mañana dejo de hacerlo." Una buena resolución que muestra que ya has tomado conciencia del problema. Para pasar de las palabras a los hechos, aún queda camino por recorrer. Pero no te preocupes, existen técnicas y soluciones prácticas para ayudar a quienes desean superar este mal hábito.
Las virtudes del esmalte amargo
El esmalte amargo parece un esmalte transparente común, pero su sabor extremadamente amargo actúa como un pequeño electroshock cada vez que los dedos se acercan a la boca. El desagradable gusto es tan fuerte que quita las ganas de repetir el gesto.
Para su esmalte amargo, Manucurist ha desarrollado una fórmula que disuade y protege al mismo tiempo. Con un 68.5% de componentes bio-sostenibles, se aplica como un esmalte clásico, sobre uñas limpias y secas o sobre un esmalte Green™ o un top coat si deseas maquillarlas. Se recomienda renovar la aplicación cada dos días sin retirar la capa anterior. Además, se elimina fácilmente con un poco de disolvente suave Green Flash™.
Gracias al esmalte amargo, tomarás conciencia de tu hábito y podrás identificar mejor los desencadenantes emocionales que lo provocan. Un primer paso para implementar estrategias efectivas.
Gestos alternativos
Estrés en el trabajo, ganas de comer o fumar, aburrimiento frente a una pantalla o en el transporte... Es fundamental identificar las situaciones o emociones que desencadenan el hábito de morderse las uñas. Desde allí, se pueden anticipar estas situaciones y recurrir a gestos de sustitución. Se trata de mantener ocupadas las manos, la boca o incluso el cuerpo para reducir la ansiedad y eliminar el automatismo de morderse las uñas. Una pelota antiestrés, un chicle (preferentemente sin azúcar para proteger los dientes), ejercicios de respiración, meditación o una sesión de deporte… todo es válido siempre que no sean tus uñas las que sufran. ¡Los esfuerzos se verán recompensados cuando tus uñas comiencen a crecer! Ánimo, no te rindas.
Buscar ayuda
Para quienes sufren onicofagia compulsiva, abandonar este hábito es un verdadero desafío, tan difícil como dejar de fumar para quienes son adictos. En este caso, no dudes en acudir a especialistas. Las terapias conductuales o la hipnosis pueden ser de gran ayuda para manejar mejor el estrés y entender las causas profundas de la ansiedad.
Cuidar las uñas durante y después del proceso
Al dejar de morderse las uñas, su crecimiento se convierte en un ejercicio de paciencia. En promedio, las uñas de las manos crecen de 3 a 5 mm al mes. Cada milímetro ganado es una pequeña victoria. Este es el momento ideal para reconciliarte con tus uñas y aprender (o reaprender) a cuidarlas.
Activar el crecimiento
Cuando tus esfuerzos por dejar de morder las uñas comiencen a dar frutos, no dudes en estimular su crecimiento con complementos alimenticios como Nail Boost, un concentrado de vitaminas y nutrientes activos que se toma durante una cura de 2 meses. Este tratamiento será aún más efectivo si lo complementas con una dieta rica en vitaminas, minerales y oligoelementos esenciales (calcio, zinc, hierro, vitaminas del grupo B...) que favorecen la producción de queratina. Al estimular tus uñas desde el interior, lograrás más rápidamente unas uñas hermosas que te harán sentir orgulloso y te motivarán a seguir cuidándolas.
Hidratar y nutrir
Para reparar la placa ungueal dañada por años de mordisqueo, es fundamental establecer una rutina de cuidado que hidrate y nutra profundamente tus uñas. Aplica diariamente unas gotas de Sérum Completo en tus uñas y cutículas, masajeando hasta que el producto sea absorbido. Combina este tratamiento hidratante con la aplicación de un poco de Aceite Verde, una mezcla ultra nutritiva de 6 aceites botánicos con propiedades fortalecedoras. Si tus uñas están especialmente dañadas, opta por el Rescue Kit, un trío de tratamientos intensivos para reparar y regenerar las uñas en 2 semanas.
Luego, comienza a integrar progresivamente los básicos de cuidado y preparación de las uñas: cuidar las cutículas, recortar pequeñas pieles, limar suavemente la superficie de la uña, aplicar crema hidratante, etc. ¡Para que tus uñas estén en perfecto estado para tu próxima manicura!
Tratar con belleza
Tus uñas están recuperando poco a poco su forma natural, entonces, ¿por qué no darles un toque de brillo mientras sigues cuidándolas a fondo? Con los tratamientos Make-up de la gama Active™ de Manucurist, este efecto 2 en 1 está al alcance de tu mano. En uñas mordidas que están en proceso de recuperación, puedes elegir entre dos efectos de esmalte:
- Active™ Shine: su fórmula beige nacarada, con un 79.5% de ingredientes bio-sostenibles, está enriquecida con extractos de remolacha antioxidantes y hexanal, ideales para endurecer y reparar uñas frágiles. ¡Brillo instantáneo!
- Active™ Smooth: su tono beige rosado, bio-sostenible en un 80%, está compuesto por fibras de ricino que suavizan irregularidades en la uña, AHAs protectores y hexanal, especialmente efectivos para fortalecer y reparar uñas estriadas o dañadas. ¡Efecto liso al instante!
¡Manos arriba! Ya no tienes que esconder tus uñas. Con unas uñas regeneradas y fortalecidas, prepárate para lucir manicurados vibrantes y llenos de vida.
Preguntas frecuentes
¿Cómo lograr dejar de morderse las uñas?
La solución más simple para dejar de morderse las uñas es aplicar un esmalte amargo, preferiblemente bio-sostenible. Su desagradable sabor te disuadirá de mordisquear tus dedos. También te ayudará a identificar las emociones que desencadenan este hábito. Encuentra sustitutos para ocupar tus manos o tu mandíbula cuando vuelvas a enfrentarte a esas emociones. Si no logras hacerlo por tu cuenta, no dudes en acudir a un terapeuta especializado.
¿Cómo tener uñas bonitas después de años mordiéndolas?
Tras varias semanas sin morderte las uñas, el objetivo será reconstruir la placa ungueal, que se ha debilitado por años de malos hábitos. Una cura de complementos alimenticios puede ayudar a activar la producción de queratina. Además, es imprescindible establecer una rutina de cuidado para hidratar y nutrir las uñas profundamente. Espera hasta que se regeneren y fortalezcan para aplicar esmaltes clásicos o semi-permanentes.
